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viernes, 13 de julio de 2012

La solución no puede ser parte del problema

Dejar volar la imaginación y que los dedos vuelen también sobre el teclado posándose en las letras oportunas. Poder escribir lo que uno piensa y esperar que sirva para algo.

Veo miedo y el miedo no es bueno para encontrar la solución.

La clase política española, las grandes empresas, las organizaciones que las representan, los sindicatos, los funcionarios, los empleados por cuenta ajena, los pensionistas, nunca podrán comprender a los autónomos y a los pequeños empresarios, ni falta que nos hace.
No queremos que nos entiendan, queremos que nos respeten, que tengan claro que tenemos el antídoto contra el miedo porque estamos vacunados en incertidumbre, en riesgo, en lucha, en necesidad, en ganas de mejorar.

Aunque hoy en España la mayoría de los autónomos y de las pequeñas empresas están dentro de aquel juego de estrategia infantil que unos llamaban 'hundir la flota' y otros 'los barcos', es decir, o están 'tocados' o están 'hundidos', todavía están dispuestos a seguir 'jugando' una partida tras otra, solo porque 'jugar' es su vida.
No es cuestión de masoquismo, ni siquiera de pura necesidad. Es cuestión de forma de ser, de ADN, lo llevamos dentro, nos gusta, nos apasiona y, además, sabemos que somos la solución.

¿Por qué entonces nos obligan a cerrar, a desaparecer, a 'sumergirnos'?
¿Nadie se da cuenta de que solo queremos que nos dejen trabajar, que no dejen en paz, que no nos machaquen con restricciones, gastos, tasas, impuestos, regulaciones?

No pedimos subvenciones, pedimos exenciones. Para crear empleo competitivo, para reinvertir en nuestro negocio, para tener futuro.

No vamos a contratar a nadie hasta que estemos exentos de pagar los impuestos que ese empleado supone y hasta que tengamos la libertad de prescindir de él cuando consideremos y sin coste alguno. Que sea el estado el que le garantice su indemnización por despido y su cotización a la Seguridad Social si cree que eso es lo correcto. Nosotros solo podemos ofrecerle un salario acorde a lo que pueda ser capaz de aportar al beneficio de cada empresa.

Solo así crearemos consumidores reales en España, personas a las que les inocularemos esa vacuna contra el miedo llamada empleo, personas que poco a poco se animarán a gastar, incluso a endeudarse razonablemente para invertir en bienes y servicios de mayor importe.

Como tenedores de la solución estaremos dispuestos a arriesgar nuestro presente si nos permiten tener futuro, acabemos de una vez para siempre con lo de responder de las deudas empresariales con nuestros bienes personales 'futuros'.      
En la vida hay aciertos y errores, de todo se aprende, pero de nada vale el aprendizaje si no te dejan volverlo a poner en práctica.

Jóvenes sin oficio ni beneficio, ancianos e incapacitados sin pensión, parados sin prestación, eso es lo que nos espera en este país si no ponemos el foco en la solución que está delante de nuestras narices: dejar vivir en paz a los muchos autónomos y pequeños empresarios que, con la que está cayendo, todavía queremos seguir intentándolo aquí, en España.


Cuando John McClaen pronunció su mítica frase "Si no tienes la solución, entonces eres parte del problema" advertía a todos aquellos que no nos entienden que, simplemente, confíen en nosotros y nos dejen intentarlo un día sí y otro también. No les fallaremos porque, sin duda, su futuro es el nuestro.