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jueves, 28 de septiembre de 2017

REENCARNACIÓN

Querido Hugh:

Eras el último reducto, el anacronismo vivo, la dualidad persona-personaje que convive en armonía. Por supuesto tenías que ser de otro siglo, incluso de otra década. Hoy ni siquiera hubieras nacido.

Admiré tu capacidad de lograr hacer realidad 'el sueño'. Ese que soñamos todos los hombres que sentimos a la mujer como el epítome de la belleza universal. 

La mujer. Ese ser poliédrico y difícil de entender, pero siempre digno de adorar, al que tú fuiste capaz de convencer de su poder. Un poder que hace esclavos a los hombres, esclavos de sus instintos y, sobre todo, de sus anhelos.

Y ahora ¿qué nos queda? Huérfanos acogidos por la pornografía, así nos sentimos. 

¿Quién conseguirá hacernos sentir de nuevo que en el elegante, artístico, escultórico desnudo femenino encontraríamos el nirvana?

Gracias de todos modos por tanta literatura y tantas curvas. 

Creo que todos morimos un poco contigo, muere nuestra juventud, muere la esperanza de un mundo en el que fémina y feminista pudiesen llegar a ser términos compatibles. 

Por todo ello te echaré de menos. 

Porque mujer, desnudo, sexo, pornografía, explotación, degradación, maltrato... hoy se agitan en una misma coctelera que más bien parece arma cargada de balas estigmatizadoras de hombres que sólo queremos seguir siéndolo, y no creo que me guste (sé que no me gustará) el sabor de ese brebaje.

Resistir, ocultar sueños (que nunca se cumplen pero gusta soñarlos), reprimir instintos (altos instintos), sobrevivir en una mentira políticamente correcta... no lo habrías tolerado Hugh, porque lo tuyo era destapar, descubrir, mostrar, y nunca sentirte culpable por ello.

No creo en la reencarnación, pero si creyese, tú serías mi primera opción. 

¡Descansa en paz! (Qué ya va siendo hora).



*Hugh Hefner, fundador de Playboy, falleció hoy, a los 91 años, en Los Ángeles, California.