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martes, 28 de mayo de 2013

EL TAMAÑO SÍ IMPORTA


No me lo nieguen, seguro que, al verlo, ustedes también lo han pensado: la mano derecha del famoso David de Miguel Ángel es ¡totalmente desproporcionada!

¡Ah! ¡Qué me dicen! ¿Qué no se habían fijado en la mano? Entonces ¿qué cojo… están mirando? ¡No me lo digan por dios, no me lo digan!

Perdonen que me sirva de esta metáfora escultórico-sexual, pero quería llamar su atención sobre algo que puede ser determinante para todo el que se esté planteando emprender hoy en España, me refiero a la ventaja que puede suponer crear un micro negocio, sinónimo de ligereza, austeridad, flexibilidad, rapidez y, a la vez, antónimo de carga, inmovilismo, indecisión, deuda.

Si en los tiempos que corren un mileurista es un privilegiado, creo que también un microempresario podría considerarse alguien bastante afortunado. Me explico: probablemente no podrá aspirar a ganar mucho dinero, pero para el mundo low cost que le va a tocar vivir quizá le resulte suficiente, aunque le suponga vivir en un presente continuo sin pensar demasiado en otro tiempo verbal, el futuro perfecto.

Por el contrario, sus agobios económicos serán mucho menores al no tener los lastres propios de una empresa de mayor tamaño (trabajadores, inmuebles, stocks, impagos peligrosos, préstamos excesivos, altos impuestos, etc…) y sus barreras de salida, si el negocio no funciona, también serán mucho menos dolorosas para él.

La estadística nos demuestra que, en la Europa actual, los paises más ricos tienen un volumen de medianas empresas más alto y los más pobres son los que lideran la lista de autoempleo. Sería deseable que España estuviese entre los primeros pero no es así, y creo que va a ser muy difícil que algún día pueda estarlo, por lo que sólo nos queda mejorar ese autoempleo haciendo que los proyectos de emprendedores individuales sean más eficientes y duraderos.

Ser eficiente es conseguir el máximo resultado con la menor cantidad de recursos y un emprendedor que aspire a ser duradero, además de optar por mantener un tamaño lo suficientemente pequeño, debe aspirar a la máxima eficiencia. Cuando vea que el negocio se le escapa de las manos o que no es capaz de asumir la carga de trabajo que supone, deberá tomarse un tiempo para reflexionar y ver si el problema está en su capacidad o, simplemente, en la mayor dimensión que su empresa empieza a sufrir.

¿Falta de ambición? En absoluto si la decisión de no crecer es consciente y está interiorizada. ¿Fácil? Para nada, a veces la codicia vencerá y el emprendedor verá como sus principios se tambalean queriendo ser más grande de lo que es.

En cualquier caso, pequeño no significa inútil o discapacitado, desde su reducto el micro emprendedor tiene la misma imaginación que los demás y, si sabe sacarle partido, innovará, se adaptará y conseguirá que su ‘aldea gala’ resista la invasión ‘romana’ una y otra vez.

Como siempre he oído decir a muchos asiáticos “lo importante es saber usarla”. Ustedes ya me entienden ¿verdad?

Por supuesto se refieren a la mano ¿o en que po… estaban pensando?     


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