Allan Stewart Königsberg dijo “La
última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la Estatua de la Libertad ”
Claro que, cuando pronunció esa
frase, ya era conocido como Woody Allen.
Sólo nos queda el Sentido del
Humor como arma y la Poesía
como refugio, digo yo.
La tragicomedia en la que estamos
inmersos en España nos está quitando las ganas de reír. No sé por qué.
Acaso no es gracioso ver como los
medios de comunicación se congratulan de cada una de las emisiones de deuda
pública que somos capaces de colocar. Por ejemplo, el pasado 7 de marzo, el
Tesoro Público colocó 2.435 Millones de euros a 10 años a un tipo de interés
del 4,615%. Esto significa que habrá que devolver ese dinero algún día con sus
más de 120 Millones de euros de intereses cada año (sí, más de 1.200 Millones
de euros, casi la mitad de lo que nos han prestado) y lo más gracioso es que,
muy probablemente, el dinero captado se haya destinado íntegramente a pagar
intereses o amortización de deuda antigua ya vencida.
Y acaso no es muy gracioso que
muchas de Sus Señorías, aprovechando que el Congreso con sus leones está a sólo
dos pasitos del Hotel Palace, decidan ir a degustar allí ‘el menú del día’ a
costa de nuestros impuestos.
Y no es motivo de risa que en
aras del bien común y para “hacer país” un famoso Diputado de las Cortes
catalanas de larga raigambre política se interese por un asunto tan importante
para la seguridad de las personas como las inspecciones técnicas de los
vehículos.
Acaso no es para desternillarse
que alguien pueda verse inmerso en un expediente de regulación de empleo de una
empresa no habiendo trabajado nunca en esa empresa (o incluso no habiendo
trabajado nunca).
No me negarán que hay motivos más
que de sobra para la carcajada en España. A mí, de hecho, se me saltan las
lágrimas cuando veo el telediario, escuchando noticias sobre juicios tipo
“Saqueo 2”
y pensando que se roba tanto en este país que hasta los procesos judiciales
necesitan secuelas.
Si el que no se ríe en esta
España nuestra es porque no quiere, miren ustedes que hasta tenemos humor
gráfico de primer nivel, fotografías con protagonistas que navegan y viajan
juntos pero que no se conocen realmente de nada. Fotografías de elefantes,
pseudo princesas, árabes en el golfo y golfos que quieren irse con los árabes.
Total, un cachondeo de país.
“Eso es así” que dirían Rafa y
Fali con sus “sevillanas maneras”. Un “fistro” de país lleno de “pecadores de
la pradera” que se nos está quedando ‘Chiquito’ de tanto que lo están robando.
A lo mejor es sólo sensación mía,
pero hace no pocos años, día sí, día también, cuando te encontrabas con un
amigo por la calle no era extraño que en la conversación contases o te contasen
un chiste. Hoy, el único chiste es tu propia cara de gilipollas, la que se nos
está quedando a todos viendo lo que están haciendo con nosotros.
En fin, me aplicaré la innata
sabiduría del señor Stewart y, como a veces me resulta difícil esbozar siquiera
una sonrisa, seguiré su teoría según la cual “el sexo es lo más divertido que
se puede hacer sin reírse” y, de paso, aprovecho para recordarle a nuestros
gobernantes que practicar sexo nada tiene que ver con ‘andar jodiendo’. Ja, ja,
ja…
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